Navidad en la Torre Trump

Era una fría Nochebuena en Nueva York, y la Torre Trump brillaba como un faro dorado en el horizonte. En el penthouse, Donald Trump observaba la ciudad mientras planeaba su próximo gran proyecto: un resort navideño llamado "SantaLand powered by Trump", donde las galletas de jengibre tendrían su logo y el trineo de Papá Noel sería un jet privado.
Pero algo mágico estaba a punto de suceder. Mientras revisaba un diseño de un muñeco de nieve con corbata roja, un ruido fuerte resonó en la chimenea (sí, había una, aunque nunca la usaba). De repente, un hombre regordete con un traje rojo y una barba blanca cayó en la alfombra persa.
—¡Ho, ho, ho!— exclamó Papá Noel, sacudiéndose el polvo. —Donald, tenemos que hablar.
Trump lo miró incrédulo, apuntando con su celular como si fuera una cámara de seguridad.
—¿Papá Noel? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y cómo entraste sin pasar por seguridad?
—Tengo acceso VIP por Navidad. Escucha, he oído de tu proyecto SantaLand, y no estoy contento. La Navidad es sobre generosidad y espíritu, no sobre poner tu nombre en cada bola de nieve.
Trump cruzó los brazos, desafiante.
—¿Generosidad? ¡Mis seguidores dicen que soy el hombre más generoso! Les doy promesas y sueños.
Papá Noel suspiró y sacó un pergamino.
—Mira esta lista. Has estado más en la columna de "traviesos" que de "buenos". Pero voy a darte una oportunidad para redimirte. Ven conmigo en mi trineo y aprende lo que significa la verdadera Navidad.
Aunque inicialmente dudoso, Trump aceptó (en parte porque le gustaba la idea de un viaje gratuito). En el trineo, sobrevolaron fábricas de juguetes, hospitales y hogares humildes. Papá Noel le mostró niños que, a pesar de tener poco, celebraban con alegría, y familias que compartían lo poco que tenían.
—¿Ves, Donald? La Navidad no se trata de marcas ni torres. Se trata de unir corazones.
Algo se conmovió en Trump (aunque luego diría que era el aire frío en el trineo). Al regresar a la torre, decidió algo inesperado. Al día siguiente, organizó una cena gratuita para miles de personas necesitadas, regaló juguetes y permitió que "SantaLand" se mantuviera sin marcas de lujo.
—Quizás tenía algo de espíritu navideño después de todo— dijo Papá Noel, mientras volaba hacia el horizonte.
Desde esa Navidad, Donald Trump se convirtió en un defensor de las fiestas navideñas, aunque de vez en cuando todavía intentaba patentar el traje de Papá Noel.
Fin. 🎅🎄
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